Sustainability

Tu equipo no necesita más tareas, necesita mejores procesos

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Jose C. Heymans

| May 21, 2025

Una parte esencial del liderazgo es saber cuándo salir del operativo y mirar el mapa completo. Como un capitán que no solo mantiene el barco en movimiento, sino que cuida que lo haga con rumbo claro y sin desperdiciar energía.

En la práctica, esto significa hacerse espacio para pensar. No para pensar en la próxima entrega, ni en cómo resolver la urgencia del día, sino en cómo rediseñar la forma en que el equipo trabaja. Porque mientras más grande es la operación, más fácil es caer en la trampa del hacer constante: responder, coordinar, ejecutar, repeat… Y cuanto más tiempo pasamos haciendo, menos tiempo tenemos para mejorar cómo hacemos.

Eso tiene consecuencias. Lo urgente se come lo importante. Y cuando nadie se detiene a observar el sistema, el sistema se vuelve ineficiente. En mi experiencia, he visto que los equipos más efectivos no son necesariamente los que trabajan más rápido, sino los que dedican tiempo de forma intencional a revisar y optimizar sus procesos.

Es una inversión que paga. Cuando un equipo aparta solo un 10% de su jornada diaria para pensar en mejoras operativas (ya sea a través de documentación, automatización o simplemente replantear pasos innecesarios) en pocos meses se pueden lograr mejoras del 20% al 40% en productividad. En términos prácticos, eso puede significar liberar entre 300 y 500 horas al año en un equipo pequeño. Y ese tiempo extra no solo reduce la carga: permite reinvertir energía en lo que realmente genera valor.

Extrapolemos esto a nivel empresa. Si cada área operara con esa mentalidad, el impacto no sería lineal, sino exponencial. Pero para eso, las organizaciones necesitan tomarse en serio la mejora continua como una práctica estructural, no como una tarea pendiente. Y muchas veces eso implica traer perfiles con el foco y la experiencia necesarios para acompañar ese proceso: personas que no estén dentro del torbellino operativo, y que puedan mirar desde fuera, con distancia y claridad.

Pensar en procesos no es burocracia. Es estrategia. Así como un capitán no puede navegar a ciegas por más destreza que tenga con el timón, un líder no puede guiar a su equipo sin entender y ajustar la ruta de forma periódica. Y eso requiere tiempo, foco y decisión. Nadie te va a regalar ese espacio en la agenda: hay que construirlo.